COMUNIDAD DE BUENA NUEVA.RCCE

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lunes, 25 de junio de 2012

"VIGÉSIMO CUARTO ANIVERSARIO DE LA COMUNIDAD DE BUENA NUEVA.

 







       Ser carismático, es vivir en la verdad, en humildad, es caminar en humildad como hizo María. Es haber recibido el espíritu, que trae consigo el redescubrimiento de la persona, que se reconoce en pobreza, lo que no impide juzgarse a si mismo con propósito de enmienda. No seremos auténticamente carismáticos si hacemos una cosa y decimos otra, la experiencia carismática no puede quedar únicamente en gozo y algarabía, en levantar las manos, en cantar. La experiencia carismática nos conduce a modificar nuestra forma de pensar y actuar, viviendo a Cristo en plenitud. Somos carismáticos porque el Espíritu Santo es el que impulsa nuestra vida.

        En su primera carta a los Corintios, Pablo dice que sin amor, todo su trabajo no tendría ningún valor. De manera que podemos estar trabajando y sirviendo al Señor, pero si no nos amamos unos a otros, no tenemos absolutamente nada, porque nos falta lo más importante, que es Dios mismo. Así pues, tenemos que amarnos para poder servir al Señor con eficacia.  
     El termino carisma aparece sólo 17 veces en el nuevo testamento, de las cuales 16 las cita Pablo y una vez Pedro (1 Pedro 4, 10). Pablo lo utiliza para expresar las manifestaciones del Espíritu Santo en la Iglesia. Porque podemos decir que en la vida cristiana todo es don, todo es gracia, todo es carisma. Hoy queremos invitaros a tener un compromiso de amor. Si tenemos este compromiso podemos vencer toda clase de problemas porque como pueblo de Dios, hemos emprendido un camino que nos ha de conducir, irremediablemente, al encuentro de la verdad. La verdad como fruto de conversión que tú o yo, como hijos de Dios experimentamos en nuestro interior. Conocimiento profundo y revelador del amor de Dios, que me sirve a su vez para mostrar a otros la verdad de la que yo he sido testigo, en un primer momento, igual que le sucedió a Pablo, en su camino a Damasco, y que yo puedo ahora mostrar a otros. Porque el amor que nos une es paciente,   humilde y servicial.
          Ojala hoy, el Señor satisfaga vuestras necesidades, calme vuestra sed para que cada uno, cuando salga de aquí, pueda ser portador del agua de la vida y apague a su vez, la sed de tantas personas que están esperando que le salgamos al encuentro, al camino de sus vidas para darles de beber, igual que hizo la samaritana con Jesús, que sin hacer distinciones, sin mirar el pecado de la viuda le dice: dame de beber. (Juan 4, 7). “Si tú conocieras el don de Dios, si tú supieras quien es el que te pide de beber, tú misma me pedirías a mi y yo te daría, agua viva.
   Digámosle hoy al señor: señor, dame de esa agua, para que no sufra más sed.


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